Dos fueron los animales que destacaron sobre todos los demás, la cabra, criada en el municipio desde la etapa aborigen y pasando a formar parte de la vida cotidiana, hasta no hace mucho tiempo. Suelta o en el `encerradero´ (estabulada), de ésta se aprovechaba su leche (para beber y elaborar el queso, además las sobras del queso se comían con el frangollo o con gofio). También se obtenía su carne, el cebo, la piel y hasta el excremento para la agricultura. De la relación con el hombre surge un fuerte vínculo, que llevó a este a dar nombre a su animal, atendiendo al color de su pelaje, comportamiento, características morfológicas y procedencia.
Otro de los animales relevantes en la historia del municipio de Arona fue el camello o dromedario, introducido desde el vecino continente africano. “El camello en este extremo del sur de la isla, sustituye, para toda clase de transporte, al ganado caballar y mular, por el cual se ven con frecuentes parejas de ello en todos los caminos que enlazan a los llamados puertos de los Cristianos, Abrigos, Médano, Porís y otros, con lo caseríos a ellos inmediatos”.
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12.13. El camello o dromedario se convirtió en una animal fundamental en las tareas cotidianas de la población del sur de la isla de Tenerife. (FEDAC) |
El camello fue compañero ideal del camellero o arriero. Con este se trillaba, araba, se transportaban piedras, cantos, cal, jable, arena, sal, pinocha, ataos de tomates, papas y plátanos. Además se aprovechaba su piel, su carne y su grasa (de la joroba). Esta última se utilizaba como remedio para los dolores e incluso para las hemorroides. Para realizar todas estas tareas el camello estaba provisto de una silla de carga, al cuello la esquilla, el sálamo y el cabestro.
Esta relación de los habitantes locales con el camello dejó huella en la toponimia local, repartida por toda su geografía: la baja del camello o de Cho camello, ladera del camello, la cañada del camello o el barrio de La Camella, son algunos de los ejemplos.