En Tenerife el vulcanismo histórico ha sido de tipo estromboliano, con erupciones de magmas basálticos que han dado lugar a piroclastos y coladas lávicas. Han sido erupciones temporalmente cortas, con emisiones a pulsos, en intervalos de pocos segundos a minutos. Emitieron magmas fluidos ricos en hierro y escaso sílice, mediante una actividad fundamentalmente efusiva, con abundantes coladas y explosiones moderadas. Al durar tan poco la erupción, las coladas han solidificado cerca de los focos de emisión. De esta manera, el magma ha llegado en pocas ocasiones al mar, por lo que al solidificarse, se ha ido acumulando aumentando la envergadura de la Isla y reorganizando el espacio geográfico afectado.
El número de erupciones históricas en el Archipiélago no ha sido muy abundante, pero en Tenerife se han dado buena parte de ellas. A pesar de que algunos de estos episodios eruptivos se corresponden con casi una veintena de zonas de expulsión, este vulcanismo no supone sino una pequeña parte del total insular. Hay que tener en cuenta que la mayoría del vulcanismo se produce en los fondos submarinos cercanos a las Islas, que se detecta a través de la actividad sísmica.
Ya se ha dejado sentir entre Tenerife y Gran Canaria desde 1989, que parece estar relacionada con la actividad volcánica submarina de la zona, donde se sitúa el llamado Volcán de Enmedio o del Medio, un monte submarino de 500 m de altura. Se cree que hay relación con la falla existente entre ambas Islas y también con el movimiento sísmico que se produjo en 1989, de intensidad 5 en la escala Richter y cuyo epicentro se localizó en esta zona.
Existen múltiples referencias históricas sobre fenómenos eruptivos en la Isla, pero no todos se basan en la realidad, por lo que es un tema que hay que tratar con mucha cautela. Aunque se cree que comenzaron mucho antes, sólo se tienen referencias fiables de las erupciones que se citan a partir del siglo XVIII.
En los siglos XIV y XV se dieron las primeras erupciones históricas según referencias de marinos vizcaínos que lo anotaron en sus diarios, en los años 1341 y 1393-1394.
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Montaña los Frailes, en el Valle de la Orotava. (DM) |
En 1430 se sabe, por referencias guanches, que hubo otro periodo eruptivo en la zona del valle de La Orotava (Taoro), aunque no ha sido localizada con exactitud. Se cree que se dio a través de tres bocas eruptivas diferentes: la montaña de las Arenas o de la Horca, montaña de los Frailes y montaña de Gañanías. En 1492 quedó registrada una erupción cuando las tres carabelas de Colón pasaron por esta zona en dirección hacia América. Pudo tratarse de una erupción cercana al Teide, manifestándose en las laderas de suroeste de Pico Viejo. Posiblemente fue montaña Reventada y montañetas Negras, aunque también se piensa que pudo suceder en el cono superior y en el cráter actual.
El siglo XVIII fue muy activo, comenzando la actividad el 31 de diciembre de 1704 con la erupción del volcán de Siete Fuentes, con una duración de 13 días. Entre el 5 y el 13 de enero de 1705, entró en erupción el volcán de Fasnia, durando sólo 8 días. El 2 de febrero del mismo año, comenzó la erupción de volcán de Arafo, cuya erupción se prolongó durante 24 días.
Estas tres erupciones tuvieron lugar en la Dorsal de la Esperanza o de Pedro Gil, formando conos volcánicos en una línea de 12 kilómetros. Cabe citar un hecho curioso que se produjo tras estas erupciones: se dice que el obispo de Tenerife de esa época, preocupado por la desesperación de la población decidió actuar. Observó que las erupciones se iniciaban en días relacionados con la religión cristiana (fin de año, víspera de los Reyes Magos y el día de La Candelaria respectivamente), y que entre ellas había un corto intervalo de tiempo. Esto le llevó a pensar que los montes de la Isla estaban poseídos por una fuerza maligna, por lo que subió ellos para realizarles un exorcismo.
Un año después, del 5 al 14 de mayo de 1706, en la Dorsal de Teno, se produjo la erupción de Volcán de Arenas Negras o Trevejo, que aunque duró sólo 9 días, derramó sus coladas hacia el mar por el cauce de un barranco de gran inclinación, arrasando el antiguo pueblo y puerto de Garachico.
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El volcán de Arenas Negras destruyó en 1706 el puerto de Garachico. (AG) |
Las últimas erupciones acaecidas en la Isla han sucedido cerca del Edificio Central. Una de ellas fue la de el volcán de Chahorra o Narices del Teide, en un lateral de Pico Viejo, que entró en erupción entre el 9 de junio y el 8 de septiembre de 1798. La lava que emitió fue de composición basáltica, tipo pahohoe, continuas, muy fluidas y a elevadas temperaturas.
La última erupción registrada en Tenerife fue la del volcán Chinyero, en noviembre de 1909. Sucedió también cerca de la zona del Edificio Central, en la Dorsal de Teno y fue una erupción corta que duró sólo diez días.
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