En toda postal de Vilaflor que se precie, debería estar presente la impronta de su medio natural, abanderado por formaciones de grandes pinos canarios que se extienden hasta la zona de cumbres, en donde se manifiesta con todo su esplendor en el Parque Natural de la Corona Forestal, una de las áreas protegidas que posee el municipio. El pinar es por tanto, el principal protagonista del patrimonio biológico, pero ello no quiere decir que no existan otras especies vegetales o incluso animales, dentro del territorio. Destacaremos las principales características de la flora y la fauna, antes de hacer hincapié en los espacios naturales protegidos.
La vegetación
A nivel general, la vegetación dominante en el municipio es la conformada por el singular pino canario (Pinus canariensis), que adquiere su máximo desarrollo en la ladera orientada al suroeste, en contacto con el pinar de Adeje, en el sector denominado montaña de La Vica. Por encima de los 2.200 metros, solo se encuentra la roca insitu, descubierta y coincidiendo en ocasiones con las cabeceras de los barrancos. En estos espacios de formaciones más abiertas se reconocen también algunas retamas, como la Spartocytisus supranubius o retama del Teide, aunque sobre las laderas de la pared de Las Cañadas también se pueden identificar algunos ejemplares de pino canario. Sin embargo, a estas alturas, dada la pobreza del suelo y su escaso espesor, sólo encontramos ejemplares aislados, de poca talla y muy poco robustos.
Es también en la zona de cumbres, donde, si se agudiza bien la mirada, se puede comprobar la existencia de algunas reliquias de interesantes cedros (Juniperus cedrus), de las pocas que se conserva bien en la isla. Por otro lado, como es natural, a menos altura, las manifestaciones de pino canario son más abundantes, los cuales se intercalan con retamas, escobones y codesos de monte (Adenocarpus), especies que suelen formar parte de su sotobosque o que se expanden allí donde hay una menor concentración de pinos. En torno a los 1.800 metros de altitud, el estrato arbóreo ya es considerable y tiene una cierta espesura; siendo cuando realmente entramos al dominio de una formación monoespecífica (en donde domina prácticamente una única especie) en donde el Pinus canariensis es el único protagonista coincidiendo con el Parque Natural de la Corona Forestal y contando con ejemplares más antiguos, de gran tamaño y corpulencia (¡algunos llegan a alcanzar los 70 metros de altura y los 10 metros de grosor!), que han sobrevivido a las talas a las que se vio sometido el bosque tinerfeño durante muchos años.
Los célebres pinos centenarios de Vilaflor
5.1.El Pino gordo y el Pino de las Dos Pernadas son los más célebres pinos centenarios de Vilaflor (DM).
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5.2. La amapola de California (E.californica) o Amapola amarilla puede verse sin dificultad en los bordes de fincas, especialmente tras un episodio de lluvias. (JJ) |
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Con todo ello, el omnipresente pinar desciende hacia el pueblo de Vilaflor, que se asienta en una pequeña hondonada al pie de la pendiente, a unos 1.400 metros de altitud. Aquí la vegetación natural, en donde destacan las comunidades de jarales (Cistus mompeliensis), algún que otro escobón (Chamaecytisus proliferus) y pequeñas agrupaciones herbáceas, como amapolas de california, todas las cuales se intercalan con las parcelas cultivadas y las fincas de los distintos vecinos chasneros.
La fauna
Como es lógico siempre que entramos a comparar en Canarias, la presencia de animales en el municipio no resulta tan impactante como la vegetación. Pero ello no quiere decir que la existencia de animales deje de ser interesante. A este respecto, se pueden identificar tanto invertebrados, como vertebrados. Dentro de los invertebrados destacan sobre todo los artrópodos, en donde abundan especialmente los insectos, con un gran número de dípteros, lepidópteros y escarabajos, los cuales son bastante comunes. También existe una amplia variedad de arácnidos.
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5.3. Los arácnidos son uno de los artrópodos más comunes en Canarias, siempre detrás de los insectos. (SG) |
Dentro de los vertebrados, aparecen los reptiles, con especies tan clásicas como el lagarto tizón o el perenquén (Tarentola delalandii delalandii), muy comunes entre los muros de piedra y en las comunidades de jarales. Algunos mamíferos como el ratón (Mus musculus) o la rata de campo (Rattus rattus), los cuales suelen distribuirse por galerías, casa abandonadas o bajo piedras. Otros mamíferos introducidos también merecen ser destacados, como por ejemplo el conejo (Oryctolagus cuniculus), o el erizo moruno (Atelerix algirus), bastante común en la zona sur del Paisaje Protegido de Ifonche.
En cualquier caso, lo más llamativo es el grupo de las aves, en donde las especies propias del pinar, como el pinzón azul (Fringillia teydea teydea), el pinzón vulgar (Fringilla coelebs canariensis), el pájaro pica-pinos (Dendrocopos major canariensis) o el herrerillo chico (Parus caeruleus teneriffae) son las más comunes. Sin embargo, también hay lugar para las rapaces como la lechuza (Tyto alba alba), el búho chico (Asio otus canariensis), el gavilán (Accipiter nisus granti), el cernícalo (Falco tinunnunculus) o el ratonero (Buteo buteo insularum). En otras áreas también es posible identificar especies de ámbitos más bajos como la perdiz moruna (Alectoris barbara), el gorrión chillón o el vencejo unicolor (Apus unicolor), el cual suele nidificar en el Barranco de Las Goteras.
Zonas de interés desde el punto de vista del patrimonio natural
Como hemos visto, la importancia del medio ambiente en Vilaflor es notoria, debido tanto a que se encuentra situado en un entorno muy elevado, con la espectacularidad que ello conlleva, pero también gracias a la existencia de formaciones vegetales propias de estas alturas en las fachada sur de la isla, destacando especialmente el pinar de la Corona Forestal. Por otro lado, la enérgica actividad volcánica del pasado ha configurado un espacio en donde los edificios volcánicos, como por ejemplo la Montaña Colorada, también contribuyen a resaltar el patrimonio natural del término.
Los espacios naturales protegidos que se pueden encontrar son el Parque Natural de la Corona Forestal, el Paisaje Protegido de Ifonche y el Monumento Natural de Montaña de Colorada.
Parque Natural de la Corona Forestal
Tiene una extensión total de 46.313 hectáreas, lo que lo convierte en el espacio natural protegido más grande toda la Comunidad Autónoma de Canarias. Su territorio lo comparten diecisiete municipios, de los cuales Vilaflor es uno de ellos, aunque porcentualmente tiene poca representación.
Por otro lado, al área es una zona eminentemente forestal que circunda el Parque Nacional del Teide, donde se ubican las mejores muestras de pinar y vegetación de alta montaña de Tenerife. En este espacio se encuentran las cabeceras de buena parte de los barrancos que nacen en Vilaflor y que forman parte de la red drenaje del sur de la isla, ejerciendo por tanto un destacado papel en la captación de aguas y la conservación de suelos ante la erosión. En la corona forestal se encuentra buena parte de la fauna y flora del municipio destacando algunos endemismos, pero especialmente los grandes y antiguos pinos canarios, de gran porte y edad. La belleza escénica y paisajística que tiene el área en Vilaflor resulta igualmente muy notable, hasta el punto de que va íntimamente relacionado con la imagen municipal.
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5.4. La corona forestal domina toda la parte alta de Vilaflor. Es el dominio indiscutible de pinar. (DM) |
Monumento Natural de La Montaña Colorada
Tiene una extensión total de 515,3 hectáreas, de las cuales el 84,7% del espacio pertenece al municipio de Granadilla de Abona, mientras que solo un 15,3% del total se corresponde con Vilaflor.
La montaña Colorada constituye un elemento geomorfológico singular, de gran interés geológico y relevancia paisajística, ya que constituye un hito referencial del territorio, destacando por su forma, contraste y belleza. De igual manera, la finalidad de su protección es la de conservar un conjunto de edificios volcánicos situados en el Valle de San Lorenzo y en donde el principal aspecto a destacar es su gran complejidad. Tiene una altitud máxima de 1.524 metros, coincidiendo con la Montaña de Las Mesas y está compuesta básicamente de traquibasaltos y basaltos pertenecientes a la Serie III. Entre sus formaciones vegetales destacan las comunidades de pinares, escobonales y jarales, destacando el primero por encima del resto. En cuanto a la fauna destacan los reptiles y algunas aves como el pinzón azul del Teide, la lechuza común o el ratonero.
Paisaje Protegido de Ifonche
Tiene una extensión total de 774,8 hectáreas que se reparten en los municipios de Adeje y Vilaflor (el cual comprende el 77,73%), encontrándose en su interior la entidad de población de Ifonche, con 31 habitantes. Se encuentra limitada por el norte con el Parque Natural de la Corona Forestal y por el oeste con la Reserva Natural Especial Barranco del Infierno, perteneciente al vecino término de Adeje.
Los valores del espacio pasan por su singular paisaje rural en donde se encuentran caseríos dispersos, abundantes bancales de cultivo y con una gran belleza y armonía de conjunto, donde coexisten áreas transformadas por las actividades del hombre con pequeños reductos naturales. Destaca de igual manera, la presencia de piedra seca y depósitos de jable para levantar las distintas huertas y parcelas. Se trata por tanto de un territorio en donde el componente humano tiene un gran protagonismo, viviendo en armonía con el espectacular paisaje natural, compuesto por varios roques volcánicos como los de Imoque o Los Brezos, que proporcionan un marco escénico pintoresco a la zona, al igual que los abruptos escarpes del cercano barranco del Infierno. Se sitúa asimismo en ámbitos elevados, pues el rango de altitudes del espacio oscila entre los 930 y los 1.576 metros que representa la Montaña Ciruelita.
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5.5. Imagen del Paisaje Protegido de Ifonche. Se comprueba una pequeña vivienda y el pinar. Francisco Fariña. |
El relieve del paisaje protegido está determinado por su ubicación en el eje norte-sur de la isla, presentando una red de barrancos con escasa incisión. La edad de los materiales y su naturaleza dan lugar a un territorio con dos sectores bien diferenciados desde el punto de vista geomorfológico, teniendo un relieve no demasiado abrupto y en donde destacan los conos de piroclastos de la Serie III. Con respecto a la vegetación del área, destacar que el gran protagonista es el pinar, el cual se desarrolla especialmente bien en este entorno debido a la orientación y altura del área protegida. Tiene un sotobosque de jaras, escobones y codesos de cumbre, aunque todos estos pueden aparecer también dispersos conformando pequeñas comunidades. Por otra parte, dentro del espacio protegido, dependiendo de la altura y la situación, se pueden identificar otras especies como los sauces, comunidades de sustitución como jaras o jaguarzos, ejemplares rupícolas como el bejeque o especies más xéricas como la tabaiba Amarga o el tajinaste (localizado a más altura).
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5.6. El Ratonero común es una de las aves rapaces que están presentes en el Paisaje Protegido de Ifonche (SG) |
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En lo relativo a la fauna destacan sobre todo los invertebrados, existiendo insectos, coleóperos, dípteros o lepidópteros (mariposas). Entre los vertebrados aparecen reptiles como el perenquén o el lagarto, u otras aves tanto de pinar como de otros ámbitos, destacando el herrerillo común, el canario, el pinzón del Teide, el pico picapinos, la abubilla, la curruca, el bisbita caminero, la paloma bravía, el vencejo unicolor, el triguero o incluso la perdiz moruna (Alectoris barbara). Rapaces como el cernícalo, el ratonero común, el búho chico, el gavilán o el halcón de Berbería también nidifican en el Paisaje Protegido de Ifonche.
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