La novela en Canarias comienza a cultivarse en la segunda mitad del siglo XIX. Los primeros trabajos de este género tienen clara influencia del romanticismo peninsular.
Sin embargo, pronto surge el realismo como reacción, precisamente, contra el lirismo, el idealismo, el subjetivismo y todo el planteamiento fantástico tan lejano de la realidad que caracterizaba el romanticismo.
La acentuación del realismo da lugar al naturalismo en donde aparecen las reacciones psicológicas de los personajes bajo la presión de situaciones crudas y desgarradoras.
La novela canaria comenzó a cimentarse en esta época. Destacan Aurelio Pérez Zamora y los hermanos Luis y Agustín Millares Cubas. Mención aparte supone el universal Benito Pérez Galdós, que pasa a convertirse en uno de los principales novelistas europeos de todos los tiempos; y los autores del costumbrismo canario, que forjaron también una interesante y firme producción narrativa.
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Luis Millares Cubas |
Agustín Millares Cubas |
Aurelio Pérez Zamora (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1828 – Santa Cruz de Tenerife, 1918) Vivió una importante etapa de su vida en isla de Cuba y trabajó como funcionario de Correos. La obra de Pérez Zamora se centra principalmente en la narrativa y la traducción, aunque podemos destacar sus incursiones en el periodismo y la poesía. Su obra más importante es la novela histórica Sor Milagros o Secretos de Cuba (1897), compuesta por cuarenta y siete capítulos. Destacan también los títulos Apuntes para una biografía de don Agustín Bethencourt y Molina, Florencia o personajes de otros tiempos y la traducción de Las Islas Canarias y el Valle de la Orotava bajo el punto de vista médico e higiénico, de Gabriel Belcastel.
Luis millares cubas (Las Palmas de Gran Canaria, 1861 -1925) y Agustín Millares Cubas (Las Palmas de Gran Canaria, 1863 – 1935) La obra de los hermanos Luis y Agustín Millares Cubas comprende principalmente la narrativa y el teatro. En el caso de la narrativa, los hermanos Millares aportaron novelas y cuentos de variadas influencias, cuyo recorrido comienza en 1894 cuando dan a conocer el conjunto de cuentos De la tierra canaria. A esta obra seguirán, cuatro años después, las novelas Pepe Santana y Santiago Bordón. En 1899 aparece la novela Nuestra Señora, considerada por muchos su mejor obra. Este fructífero año verán la luz, además, las novelas La deuda del comandante y Los inertes.
Los hermanos Millares estudiaron en Barcelona (Luis, Medicina y Agustín, Derecho y Filosofía y Letras) y protagonizaron en Gran Canaria un activismo cultural en el ámbito literario y teatral que generó gran influencia. Agustín Millares sobrevivió a su hermano diez años, en los que publicó la obra Léxico de Gran Canaria (1924) y Canariadas de antaño (1926).
Aún no eran las dos de la mañana, cuando Perico, a la salida del túnel, descubrió a lo lejos, brillando en la noche negra, las luces de la Ciudad.
Iba delante el chico, llevando la yegua del ronzal, después otra caballería y detrás, cerrando el grupo, la burra marchaba lentamente, retardada por el peso del tío Marrero, que dormitaba con los brazos cruzados sobre el pecho, y las piernas balanceándose a uno y otro lado, como las pesas de un reloj.
Habían salido de Valsequillo a prima noche, para llevar fruta al mercado de la Ciudad.
Absorto en la idea fija, el muchacho había recorrido a pie el interminable camino, sin darse cuenta de ello. Los árboles, retorcidos por la brisa áspera del invierno, los ceñudos riscos, llenos de sombra adusta, las casas mudas y cerradas, venían a su encuentro lentamente y atrás quedaban, sin que ninguna de aquellas formas, idealizada por el misterio de la noche, lograra penetrar en el recinto del ensueño. La imagen sensual, reproducida con tenacidad casi enfermiza, llenaba su estrecho cerebro de bruto. Y su mano calentaba en el bolsillo del pantalón las monedas, las tres pesetas ahorradas cuarto a cuarto, lejos de las miradas vigilantes de su madre. |
[De Tantanillo en De la tierra canaria] |
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