Los bosques y pastos están en directa relación con la ganadería y la caza. Con el paso de los años, y gracias a la concienciación ciudadana y el trabajo de las Administraciones, los bosques y la repoblación forestal han ido adquiriendo importancia. Esto es debido a que ayudan a las condensaciones de lluvia horizontal, combaten la erosión eólica y la erosión de las lluvias, protegen y conservan la fauna del Archipiélago, ayudan a aumentar las reservas acuíferas y, además, tienen una valiosísima repercusión agrícola e industrial.

Como vemos, el bosque de las Islas juega un papel esencial en la preservación de este frágil medio natural que debe ser protegido y ampliado, en un intento de frenar el proceso de degradación que origina la elevada presión demográfica actual sobre un territorio tan reducido como es el canario. Además, según las Naciones Unidas, el Archipiélago se encuentra entre las zonas del mundo que más amenazadas está por la desertización.

En la actualidad, los bosques del Archipiélago se sitúan en las cumbres de las Islas más montañosas, entre los 600 y 1.900 metros de altitud. Entre los más importantes destaca: Las Mercedes, La Esperanza, Icod, Güímar, en Tenerife; Pajonales, Tamadaba, Inagua, en Gran Canaria; los de Garafía, El Paso, Barlovento y Puntagorda, en La Palma; el frondoso bosque de El Cedro en La Gomera; y El Pinar en El Hierro.

Uno de los mayores enemigos de la masa forestal canaria son los incendios, la mayoría provocados, aunque también hay que considerar la tala desproporcionada de árboles.

Es poco todo lo que se puede decir en defensa del patrimonio natural. Es labor de todos, porque en él se encuentra nuestra propia supervivencia e identidad.

La repoblación y conservación de nuestros montes es un factor esencial para las reservas acuíferas y el desarrollo agropecuario. (TB)