Se entiende por agricultura ecológica al sistema para cultivar una explotación que se basa en la óptima utilización de los recursos naturales, sin el empleo de productos químicos ni organismos modificados genéticamente, para así obtener alimentos orgánicos. Todo ello de manera sostenible y equilibrada, ya que con esta forma de cultivar se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Aquí también se ha de tener en cuenta la actividad ganadera, cuyo ganado es alimentado con piensos y forrajes ecológicos (fundamentalmente producidos en la misma finca), además de algunas materias primas de origen animal (lácteos y derivados, pescados u otros animales de origen marino).
Esta actividad está regulada por una normativa europea (Reglamento CE/2092/91), que establece las normas de producción, etiquetaje y el sistema de control de estos productos. En el Archipiélago, el control de la producción agraria ecológica es potestad del Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica de Canarias (CRAE).
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Fuente: Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Canarias |
Beneficios a la población y al paisaje
La agricultura ecológica favorece la diversidad, respetando el medio ambiente. La producción agraria y ganadera sostenible, al prescindir de productos químicos, (fertilizantes, pesticidas, etc.) evita la contaminación del aire, los suelos, y los acuíferos.
Desde el punto de vista social, resulta una actividad interesante para el mantenimiento de las costumbres rurales en muchas zonas del Archipiélago que, con la capitalización del campo, han ido perdiendo peso en detrimento de una agricultura intensiva, destinada a la exportación.
La población tiene la garantía de que los alimentos procedentes de la agricultura ecológica son naturales, saludables y poseen todas sus propiedades nutritivas.
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La práctica de una agricultura y ganadería ecológicas, ayuda a mantener la fertilidad de los suelos, y a respetar el entorno donde se practican. Meseta de Nisdafe, El Hierro. (PTEH) |
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