El cultivo del tomate destinado a la exportación, fue introducido en las Islas por los ingleses a finales del siglo XIX. Constituye una importante fuente de ingresos en el sector agrícola del Archipiélago. Junto al plátano, es otro de los cultivos de regadío destacados, sobre todo el tomate de invierno (noviembre-abril). De toda la producción regional, la provincia de Las Palmas es la que aporta más de la mitad del total. Se exporta principalmente a la Unión Europea y a la Península, soportando la dura competencia del tomate de la cuenca mediterránea.
La producción de tomates, al igual que la de plátanos, está en continua competencia con terceros países, principalmente Marruecos, con el que la Unión Europea tiene acuerdos preferenciales y que coinciden con la temporalidad del cultivo. Debido a ello, estos países pueden acceder al mercado europeo con menores costes, debido a que la mano de obra es más barata.
A pesar de ello, el tomate canario es uno de los cultivos que mayores subvenciones reciben por parte de Europa, gracias a los criterios de cohesión social (tiene gran importancia por su efecto generador de empleo) y a la condición de producto estratégico reconocido por la propia Unión Europea.
Evolución del cultivo del tomate |
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Fuente: ISTAC. Elaboración propia |
A finales del siglo pasado, el descenso de la superficie cultivada no se tradujo en una bajada de la producción, sino todo lo contrario. Esto responde a la mejora en las técnicas de cultivos y los sistemas de riego (introducción de cultivos de invernaderos, riego por goteo, uso de semillas híbridas de alto rendimiento, etc.). Los últimos datos de 2007 ofrecen una mayor caída, tanto de la superficie cultivada, como de la producción, aunque el rendimiento del cultivo se mantiene en valores elevados. Este descenso de superficie y producción es consecuencia directa de la competencia del tomate marroquí, cuyos costes de producción son mucho más bajos.
Las principales zonas de producción tomatera del Archipiélago son el sureste de Gran Canaria, cuyo paisaje está salpicado de un mar de invernaderos de tomates, y el barranco de La Aldea, en el oeste de la Isla. En Tenerife, la producción se concentra en la zona sur, especialmente entre los municipios de Arico y Granadilla de Abona. En Fuerteventura, el tomate constituye el principal cultivo de exportación, y sus pequeñas explotaciones se encuentran diseminadas por toda la geografía majorera. En Lanzarote, el área de cultivo se sitúa en el sur, fundamentalmente en localidades como Tías, Mácher o Yaiza. En el resto de las islas, La Palma, La Gomera y El Hierro, el cultivo de tomate es anecdótico dentro de la economía insular. |