El animal se adapta y vive en su medio ambiente con los recursos naturales que el medio le ofrece. El ser humano por su inteligencia, modifica y transforma lo que le rodea para vivir mejor. Esto es lo que hace que el humano sea un ser «técnico». Técnico, porque utiliza unos medios para conseguir unos fines. Algunos de estos medios y fines los indicaremos al hablar de la subsitencia, las construcciones, los trajes y adornos, etc. Aquí tratamos ahora de precisar los instrumentos básicos con que obtenían estos fines y otros fines que iremos señalando.

El guanche, al que se le ha atribuido vivir en una cultura neolítica, aislado por el mar, sin existencia de metales ni de grandes recursos naturales, ¿qué medios o utensilios emplea para sobrevivir y desarrollar su existencia y sus creencias?

AJUAR FUNERARIO. Herramientas y adornos, símbolo de lo que se poseía y se apreciaba en el paso hacia lo que se creía. La cueva del Llano de Maja fue empleada como necrópolis de un grupo pastoril, del S. de la Tenerife, cuyos términos quedaban fuera y al borde, por su lado occidental, del cráter de Las Cañadas. Ahí se enterraban a los que morían en la época de trashumancia de pastoreo.

UTENSILIOS CORTANTES, PERCUTORES Y PULIDORES

La técnica de la piedra

Para modificar la naturaleza hay que utilizar medios que la propia naturaleza proporcione. Para matar los animales, para cortar las carnes y las pieles; para afilar los huesos, trabajar la madera; para hacer piezas de piedra como molinos, morteros, etc.; para construir y transformar nuevos medios, se necesitan unos instrumentos básicos, unos instrumentos duros, cortantes y que estén al alcance del hombre. Y estos instrumentos son las piedras, por eso se denomina a la época más antigua del hombre Edad de Piedra.

Más adelante, el ser humano encuentra otro tipo de material más escaso pero más apropiado, que revoluciona toda la técnica y éste es el metal. Pero el metal no existe en las islas y el hombre canario tiene que desarrollar su técnica con la piedra.

AJUAR FUNERARIO. Herramientas y adornos, símbolo de lo que se poseía y se apreciaba en el paso hacia lo que se creía. La cueva del Llano de Maja fue empleada como necrópolis de un grupo pastoril, del S. de la Tenerife, cuyos términos quedaban fuera y al borde, por su lado occidental, del cráter de Las Cañadas. Ahí se enterraban a los que morían en la época de trashumancia de pastoreo.

Lascas y obsidiana

Las lascas que proporciona la propia naturaleza y las que el antiguo canario talla y pule van a servir de cuchillos, hachas, raederas, raspadores, etc. El material es preferentemente de basalto y obsidiana. El sílex, material más fácil de tallar y más utilizado por otros pueblos, falta en Canarias. La obsidiana es muy negra, brillante, de tipo vidrioso y con reflejos metálicos.

En Tenerife es donde más se utilizan los instrumentos de este material volcánico que los guanches denominaban tabona y que por este nombre se entendió luego los instrumentos cortantes de piedra, como cuchillos, hachas, etc. En Gran Canaria, hubo un lugar en exclusiva de obsidiana que se convirtió en mina y que se distribuyó por toda la isla.

LASCAS DE OBSIDIANA. Es muy negra, brillante, de tipo vidrioso y con reflejos metálicos. En Tenerife es donde más se utilizaba. En Gran Canaria, se desarrolló una mina en la montaña de Hogarzales (Aldea de San Nicolás).

Forma de los cuchillos

Las formas que tienen suelen ser atípicas, es decir, que no se someten a una forma determinada, aunque abundan con figura de corazón o de amígdalas. Se encuentran en abundancia en las cocinas, en los concheros y, los mejores ejemplares, en las cuevas sepulcrales como ofrendas funerarias.

En las islas orientales aparecen con forma menos tosca. Podemos citar los tafiques de Lanzarote y Fuerteventura, cuchillos de piedra en forma de media luna, con buen filo. También en las islas occidentales, sobre todo en La Gomera y El Hierro, se encuentran grandes cuchillos de forma prismática con una de sus aristas bien preparada para el corte. Algunos tienen una punta muy afilada. Se supone que se emplearían para el sacrificio de los animales, aunque también pudieran ser utilizados como armas. En algunos casos se crean confusiones o materiales que no corresponden al ámbito cultural canario, como han figurado en Gran Canaria las hachas muy pulimentadas de cloromenalita que tanto por la técnica como por la forma pertenecen a otros contextos.

PIEZA ERRONEA. Durante mucho tiempo, se consideró que esta hacha de piedra pulimentada neolítica, pertenecía al ámbito cultural canario. Sin embargo, se ha señalado que tiene una procedencia diferente (Puerto Rico).

Percutores, mazos y pulidores

Aparte de los cuchillos y hachas, hay que citar otros instrumentos líticos como los percutores y mazos para golpear y trabajar la piedra, los pulidores para suavizar superficies y que suelen ser de basalto o de lava muy porosa.

Con este instrumental básico podían trabajar sobre la carne, las pieles, la madera, los huesos y las mismas piedras. Con él pueden cortar, romper, machacar, escarbar, pulir...

UTENSILIOS RELACIONADOS CON EL TRABAJO

CUERNO DE CABRA. Los cuernos de cabra los utilizaban los guanches para fabricar útiles diversos y  para arar la tierra.

Para el pastoreo no se precisa ningún utensilio especial. Tan sólo el palo, lanza o garrote del pastor que solía ser largo, terminado en punta o en horquilla y reforzado en la parte inferior por un cuerno de cabra, tal como se describe en las crónicas y se observa en las armas encontradas en la cueva del Campanario (Guía de Isora, Tenerife).

En la agricultura empleaban también los cuernos de macho cabrío para arar la tierra a mano.

Para la pesca utilizaban anzuelos de astas de cabra, aunque también existen los de varios materiales: conchas, huesos etc. En algunas islas entretejían los juncos, especialmente en Gran Canaria, para formar amplias redes a las que colocaban pesas de piedra para asegurar su estabilidad inferior. Con ellas recogían los bancos de peces, que espantados, eran conducidos por hombres y mujeres, azotando el agua con varas, hasta las redes situadasen lacosta: espantados, eran conducidos por hombres y mujeres, azotando el agua con varas, hasta las redes situadas en la costa:

«Si acaso vían andar en la costa algún bando de sardinas, que hace luego señal en el agua, como eran grandes nadadores, echábanse a nado hombres y mujeres y muchachos, y cercaban el bando de las sardinas, y íbanle careando para la tierra, dando palmadas o con palos en el agua. Y, cuando lo tenían cerca, tomaban unas esteras largas de juncos, con unas piedras atadas a la parte baja: llevándola como red, sacaban a tierra mucha sardina».