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  3. MUNDO RURAL    
 
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La vivienda tradicional

En Gran Canaria, como en el resto de las Islas, la arquitectura que se dio en un principio estuvo muy influenciada por los primeros pobladores que llegaron tras la Conquista, que no s�lo eran andaluces y portugueses, sino tambi�n de Castilla y el norte peninsular, as� como de G�nova, Flandes o Inglaterra. M�s tarde fue tomando su propio car�cter con algunos cambios de elementos en funci�n del clima, del medio circundante y de los materiales disponibles.

Todo ello deriv� en un tipo de viviendas muy austeras y, sobre todo, muy funcionales. Como dice el historiador Fernando Mart�n, �en general, nos encontramos ante una arquitectura donde lo accesorio es poco frecuente, resultando, consecuentemente, altamente honesta y sincera, sin excesos ni pirotecnias efectistas. Es un edificaci�n sencilla, sobria [�], eminentemente pr�ctica, en funci�n de las necesidades vitales�.

El Caser�o de Veneguera es una buena muestra de la arquitectura tradicional canaria. (MC)

Debido a los diversos estilos de vida que se daban en su antigua sociedad, existen tambi�n diferentes tipos de viviendas, variando entre s� tanto la arquitectura como el interiorismo. Las diferencias las marcan, por un lado, causas socioecon�micas, que provocan viviendas m�s ricas llamadas de arquitectura culta o se�orial, y viviendas m�s pobres y modestas, sobre todo a nivel decorativo, llamadas de arquitectura popular. Por otro lado, existen unas causas medioambientales o f�sicas que provocan la diferencia entre una arquitectura urbana (viviendas de ciudad) y una arquitectura rural (viviendas de campo).

La estructura y los elementos originales de la vivienda popular y rural perduraron en la Isla a trav�s de los sucesivos siglos. Sin embargo, no sucedi� lo mismo con la vivienda se�orial y urbana que, debido a los continuos contactos con el exterior, estuvo m�s influenciada por las corrientes art�sticas y los avances t�cnicos, lo que motiv� que se modificara su estructura original para adaptarse al estilo arquitect�nico de cada momento (barroco, neocl�sico, etc.).



Materiales Tipos de Vivienda
Elementos arquitect�nicos


Materiales

Las viviendas se constru�an con piedras, barro, cal y madera. Se colocaban las piedras sin labrar unas sobre otras formando los muros de la casa, unidas con mortero de cal o barro y con peque�as piedras (�ripios�) en los huecos que quedan entre ellas. Este proceso era fundamental para que no se desmantelara la estructura.

En los lugares con mejores condiciones econ�micas, la canter�a empleada era con piedra labrada, para esquinas, pavimentos o marcos de puertas y ventanas. La �piedra azul� de las canteras de Arucas era muy apreciada para estos trabajos.

Tanto la cal como el barro fueron empleados como mortero o producto impermeabilizante. La cal, mezclada con la tierra, se emple� en cubiertas de torta para impermeabilizar y para encalar las paredes de las viviendas a modo de mortero. El barro se emple� para lo mismo, incluso, mezcl�ndose con cal. Adem�s, se us� para realizar pavimentos de tierra apisonada al mezclarla con excrementos de vaca.

Los hornos de cal tuvieron su importancia en la Isla, ya que mezcla de la cal y tierra se utilizaba para encalar las paredes de muchas viviendas. Horno de cal de Arinaga. (MC)

La madera se empleaba, fundamentalmente, para hacer los techos, escaleras, puertas, ventanas, balcones y el mobiliario. La del pino canario era muy apreciada y utilizada, de la que se obten�a la �tea� (madera muy resistente). Por su elevado coste, se daba m�s en casas de propietarios pudientes (viviendas se�oriales) que en las de humildes campesinos (viviendas populares).

Las tejas se hac�an con una mezcla de barro, paja y arena de barranco que, despu�s de moldearla, se guisaba en el horno. Generalmente, tras hacer esta mezcla, a la pasta resultante se le daba forma con el muslo, de ah� su forma curvada. Luego, para endurecerlas, se introduc�an en el horno, tambi�n hecho de manera artesanal. Existieron bastantes por toda la Isla; hoy, salpicando el paisaje como vestigios de este pasado rural.

Del uso de estos materiales, se configura el particular cromatismo externo de la vivienda canaria: el blanco en las paredes encaladas, el marr�n de las maderas, el gris o el amarillo de las piedras y el rojo m�s oscuro de los tejados.

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Tipos de vivienda

Existen tres tipos diferentes de viviendas tradicionales: la casa cueva, la casa terrera y la de dos plantas.

Las casas cuevas han sido habituales en Gran Canaria desde antes de la Conquista, siendo utilizadas por los abor�genes canarios aprovechando oquedades naturales o excavadas en la roca. Posteriormente fueron reutilizadas por los colonos m�s pobres y, debido a sus buenas condiciones de habitabilidad, han seguido excav�ndose para ser habitadas hasta mediados del siglo XX. Suelen tener una divisi�n interior de espacios, separando los dormitorios de otras estancias, incluso, tienen huecos excavados en las paredes a modo de alacenas. Las m�s recientes a�aden muchos elementos modernos. Se parte del hueco en la roca para construir el resto de la casa hacia el exterior. Son numerosas en Artenara, G�ldar, La Atalaya de Santa Br�gida, Telde, etc.

La casa terrera o de una sola planta es la vivienda por excelencia del asentamiento en la Isla. Era la m�s frecuente, pudiendo ser con azotea o con tejado a dos o cuatro aguas y habitada por personas de cualquier estrato social. La dimensi�n, distribuci�n y materiales empleados en la construcci�n de la vivienda variaba en funci�n del nivel econ�mico del propietario. Las m�s humildes eran de menores dimensiones, en solares peque�os, con una o dos habitaciones; sin embargo, las de los medianos propietarios eran m�s grandes y con una distribuci�n interna diferente. Ten�an un cuarto o rec�mara a la entrada o dos cuartos divididos por un pasillo o zagu�n. Tambi�n una sala y un patio o traspatio, donde a veces se situaba un pozo y los corrales. Desgraciadamente, en la Isla (y pr�cticamente en toda Canarias) no se ha conservado ninguna vivienda de este tipo anterior al siglo XIX.

La casa de dos plantas sol�a ser la de las familias importantes de la zona. En �mbito rural, se localizan en grandes fincas de explotaciones agr�colas, y en zonas urbanas, en el entorno de la iglesia o de la plaza principal. Las Palmas posee un n�mero muy importante de estas viviendas en su barrio Vegueta, donde destacan como las m�s antiguas la Casa Moxica-Matos, la Casa del De�n, la Casa Regental y la del Can�nigo (todas del s. XVI). Existen tambi�n ejemplos en otros municipios, como Telde, Teror o Gu�a. Representan un s�mbolo de poder y pertenencia a un grupo social definido, destacando por sus grandes dimensiones y estructura realizada con materiales de calidad.

Las viviendas que se encuentran en zonas rurales, como la Hacienda Hoya de Pineda en G�ldar, poseen adem�s otras estancias relacionadas directamente con las labores del campo, como graneros, caballerizas, alpendres, etc., as� como jardines y varios patios. La casa se�orial de campo es una mezcla de casa urbana, por sus elementos cultos, y r�stica, por una mayor aceptaci�n de las influencias populares. Posee dos o m�s habitaciones en el piso inferior que pueden servir de bodega, con una escalera que desde el patio da al corredor. En torno a este patio o traspatio, se encuentra la cocina y el horno, y las salas superiores sirven tanto de habitaci�n como de granero; dependiendo de las caracter�sticas del lugar, suelen estar rematadas por una azotea. Las viviendas de dos plantas, de propietarios con menor poder adquisitivo, son m�s peque�as y se construyeron con materiales de menor calidad.

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Elementos arquitect�nicos

En algunos casos, puertas y ventanas de madera, destacan por su sencillez y austeridad. (MC)

Algunos elementos de las viviendas tradicionales canarias han destacado, en algunos casos, por su belleza y singularidad; en otros, por su sencillez y austeridad, dignos de menci�n de manera independiente. Es el caso de las puertas, ventanas, balcones y almenas.

Las puertas de las construcciones m�s sencillas son de una sola hoja y con una tabla lisa. En las de mayor nivel econ�mico, son frecuentes las tachonadas, donde los clavos sustituyen a los cojinetes como motivo decorativo.

Las ventanas m�s frecuentes son las de cojinetes, derivadas de la celos�a, de origen �rabe, y la de guillotina, con dos hojas, fija la superior y m�vil la inferior, de origen espa�ol o portugu�s. Menos frecuentes son las ventanas de corredera, cuyas hojas se deslizan en sentido horizontal.

Los balcones canarios son el elemento de la arquitectura tradicional m�s conocidos. (TB)

Los balcones son los elementos m�s caracter�sticos y m�s conocidos de la arquitectura tradicional canaria, apareciendo en la Isla desde los primeros a�os tras la Conquista y presente en todo tipo de viviendas de diferente nivel econ�mico. El balc�n canario tiene influencias de los dos tipos que existen en Espa�a: el balc�n romano y el �rabe, aunque tras su aparici�n surgen diversas variantes que le dan cierto car�cter. Su funci�n no s�lo es para mejorar la ventilaci�n de la casa y para propiciar sombra, sino que se trata de un s�mbolo de ostentaci�n del propietario. Se suelen colocar en la fachada sobre la puerta de entrada y, en ocasiones, est� decorado con diferentes molduras. Hay varios tipos de balcones: los de balaustres torneados o planos en el antepecho, los de celos�a, los que tienen el antepecho cerrado, los de listones cruzados o los cubiertos por cristales.

Un elemento caracter�stico y llamativo son las almenas que, dependiendo del n�mero que exista en la portada de la casa, ser� de un propietario con unas caracter�sticas determinadas. Si la casa tiene una sola almena, quiere decir que el due�o es un castellano antiguo que no ha tenido en sus antepasados antecedentes �rabes, musulmanes o judaicos. Si, por el contrario, la casa tiene tres almenas, se trata de una familia hidalga, de la peque�a nobleza, garantizando con ello su �limpieza de sangre�, t�tulos, pertenencia a una orden militar o a otro grupo de relevancia social.

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