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2. FIESTAS

El pintoresquismo de las fiestas de los pueblos todavía se conserva en algunos lugares y, en otros, persisten reductos de aquel ambiente. Todo cuanto vamos a describir es actual, y, si es pasado, es un pasado reciente.

ENRAMES

Los pórticos de las iglesias se adornan con cintas de seda y piñatas de frutos variados. Algunas forman distintas figuras, siendo muy conocidas las de los «Corazones», de Tejina (La Laguna), pero hay más variedades, como en los barrios altos de Icod.

El engalanar con ramas y flores las calles, las cruces, las fuentes, etc., ha sido una manera muy bonita de ambientar las fiestas. Todavía se pone, en muchos pueblos, hojas de palmas junto a las banderas y adornando los ventorrillos.

El 3 de Mayo, Día de la Cruz, se celebra en Tenerife el enrame de cruces. Mientras, en La Palma, el mismo día, la cruces son vestidas con cientos de joyas de los vecinos, realizando preciosos retablos artesanales con todo tipo de materiales.

ESCENIFICACIONES Y LOAS

Hemos recogido de gente de los campos versos que se recitaban en las iglesias. También se escenificaban representaciones religiosas. Por ejemplo, en algunos lugares, en la Nochebuena, bailaban los pastores y se representaba la búsqueda del recién nacido.

Las loas o «lobas» las recitaban a los santos mientras les arrojaban flores y anises, igual que en las bodas.

Para que nos podamos dar cuenta de lo que al pueblo le hiere que le rompan sus tradiciones, veamos la carga irónica que uno de aquellos versificadores lanza contra el cura del pueblo (con fama de gustarle el dinero) por haber prohibido el que tiraran anises al santo, pues atraían los ratones y le roían el manto:

«Ya los anises son piedras
que les tiran a los santos,
que si en vez de ser anises
fueran papeles de banco,
él (el cura) se agachaba a cogerlos
y hacía el papel de muchacho».

VENTORRILLOS Y PARRANDAS

Cuadrillas de jóvenes y viejos con guitarras, bandurrias y timples, entonando potentes cantos de folías... Saltos, bailes en la era... Tablas y palmas de ventorrillos... Humo y olor de carne cochino... Trajes estrenados... Turrones y niños... Banderas y voladores... Polvo del camino... Esta podía ser una pequeña estampa de esas fiestas de sabor popular canario.

Poco a poco las han ido destruyendo. Primero, llegaron esos potentes altavoces trasmitiendo discos que ahogaban las voces de las parrandas. Luego se enlosaron las plazas y decayó el uso de las eras. La verbena, con el baile de agarrado, era lo principal. La calidad de las fiestas estaba entonces en la orquesta y en el mayor número de verbenas. Pero luego llegaron las «boites» y las salas de fiesta. ¿Para qué bailes extraordinarios, si los hay cerca todos los días? ¿Para qué, entonces, las fiestas? Se hicieron juegos florales y fiestas de arte con los que se aburría la gente de los pueblos, pero eso sí, era algo distinguido y se lucía la «reina y su corte».

Últimamente, sin embargo, se está resucitando el aire del pueblo con festivales y romerías, rescatando así las tradiciones.

FIESTAS ESTABLECIDAS Y ORGANIZADAS

Romerías

Su origen está en la costumbre de acudir de los distintos sitios a la fiesta de un determinado lugar. La caravana de romeros por el camino o la concentración de éstos en el festejo es lo que se suele entender por romería.

Como en muchas zonas era frecuente el transporte de carretas, tiradas generalmente por bueyes, se acudía de esta manera a la fiesta. La gente enramaba la carreta y se proveía de alimentos para la jornada. Procedentes de distintos lugares se formaba en los caminos animadas caravanas, mientras desde las carretas se cantaba, se bromeaba, se comía, se bebía...

Cuando se generaliza el automóvil, se va perdiendo la costumbre de acudir en carreta a la fiesta. En algunos casos, como en la Romería de la Candelaria, se sustituye la carreta por el camión, que ha perdurado hasta hace poco tiempos. Se enramaban también los camiones de palmas; hombres y mujeres se acomodaban en asientos provisionales de tablas... Se cantaba y se tocaba las guitarras, los timples y hasta los sonajeros, formados por una tabla con tapas metálicas de botellas... Se bebía, se cantaba, pero, sobre todo, se cantaban canciones improvisadas y con mucho sabor picante. Luego se hacía noche en la playa durmiendo en la arena.

El ambiente pintoresco y alegre que habían tenido las carretas, con el tiempo fue rememorado en algunas localidades (La Orotava, La Laguna, Los Realejos,...), por desfiles de carretas con todo ese aire folklórico.

Son numerosas las parrandas en las fiestas y romerías que se celebran en Canarias. P.H.

Corpus

Detalle del gran tapiz de tierra de colores y materias vegetales, que cubre la plaza del Ayuntamiento de La Orotava, en la octava del Corpus. P.F.  

Lo señalamos porque constituye una muestra original de gran belleza que refleja la inclinación estética del canario.

Las calles se cubren de alfombras o tapices de flores para el paso del Santísimo. Estos tapices florales se remontan al año 1847, por iniciativa de Dña. Leonor del Castillo de Monteverde, quien realizó uno delante de su palacete para decorar el paso de la procesión por su calle. También las hay de arenas de colores, como ese gigantesco y original tapiz que cubre la plaza del Ayuntamiento de La Orotava. Son famosas, principalmente, las de esta localidad tinerfeña, así como las de La Laguna y la de Las Palmas, pero, en realidad, se realizan en muchos más pueblos y son también dignas de ser vistas.

También en La Palma (en el Corpus de Mazo o en el Sagrado Corazón de El Paso) existe una peculiar manera de mostrar artísticamente el fervor religioso, confeccionando unas estructuras de madera, cubiertas de fibras y elementos vegetales (lentejas, trigos, chochos, etc.) que se exponen a través del recorrido procesional.

En Las Palmas de Gran Canaria y Arucas, también existe gran tradición de la fiesta del Corpus, se engalanan las fachadas de las casas con palmas, guirnaldas y banderas.

Otras fiestas típicas

 

Corpus Christi en Mazo. Arcos florales y alfombras. T.P.

En la isla de La Palma y de El Hierro se celebra la Bajada de La Virgen cada cinco y cuatro años, respectivamente. Son fiestas muy originales y que tienen un sabor especial. La Bajada de la Virgen de Los Reyes, en El Hierro, tiene a la sequía como motivo originario de esta romería.

Hay fiestas típicas como «Las Papadas», comidas colectivas, donde la gente prepara la comida y se reúne en comunidad en la plaza para comer y cantar. Las más tradicionales son las de San Juan de la Rambla.

Hay otras, como la del Cristo de La Laguna, en que lo típico es también cenar, pero en ventorrillos y en grupos independientes.

En algunos pueblos, todavía se conserva, aparte de los «gigantes y cabezudos»,la figura del demonio, que protegido por una coraza, va despidiendo fuegos artificiales, al tiempo que corre y asusta a la gente. Tijarafe, en La Palma, es la localidad donde mejor se celebra este tipo de fiesta conocida como  «la fiesta del diablo».

Las fiestas del almendro en flor en Valsequillo y Tejeda en Gran Canaria, y en Puntagorda en La Palma; la fiesta del Charco en San Nicolás de Tolentino, declarada de interés turístico; la Bajada de la Rama en Agaete que sobrevive desde la época aborigen; las fiestas de San Ginés en Lanzarote, son sólo una mínima muestra de la gran cantidad de festejos populares que existen en Canarias.

FIESTAS ESTABLECIDAS, PERO ESPONTÁNEAS

·  El 1 de noviembre se celebra, en algunas localidades, especialmente, en Tenerife, «Los Santitos». Los niños, con cestitas enramadas, tocan de casa en casa y la gente les va llenando las cestas de frutas y regalos.

·  El 30 de noviembre, día de San Andrés, además de ser la fiesta oficial del vino nuevo, los chicos se deslizan por las calles pendientes con una tabla resbaladiza, especialmente en Icod de los Vinos. También se suele hacer ruidos con todo tipo de cacharros.

·  Varios días antes de Navidad, salen por la noche las rondallas y parrandas cantando «Lo Divino» y «Villancicos». La gente abre sus casas ofreciéndoles pasteles, ñames, pastas, vino, etc. Otros tiran dinero.
En algunos pueblos de La Gomera se acostumbra a salir en Año Nuevo y Reyes. Cuando no dan nada, cantan:

La señora... (nombre)
no tiene que dar,
cásense las pulgas,
váyanse a acostar.

Muchas veces terminaban las rondas al amanecer y ya se empalmaba con las llamadas «Misas de Luz», que se celebraban muy tempranito los días previos a la Navidad, con guitarras, carracas... y mucha alegría.

·  Los carnavales es otro tipo de fiesta espontánea en la que participa el pueblo. La mayor diversión consiste en ir de «mascarita», con disfraz y voz fingida, bromeando y haciéndose averiguar. En las casas invitan a vino y rebanadas (torrijas), que es lo típico de esas fechas. Últimamente se han hecho más bien «fiesta espectáculo», centrándose en las zonas turísticas (Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria y Puerto de la Cruz). En La Palma, los carnavales tienen un caracter especialmente popular por la figura del  «indiano», el emigrante retornado del Caribe es recibido en el puerto donde comienza una multitudinaria batalla de polvos.

·El Entierro de la Sardina, el miércoles de ceniza por la noche, es la última manifestación del carnaval. La gente, vestida de negro, va llorando y dando gritos, mientras desfila la carroza con la «sardina», formando un gran espectáculo teatral.

Antes, los chicos del pueblo solían coger «un rolo» (tronco del plátano), al que atravesaban con dos palos por la parte inferior y superior para hacer de asideros. Se abría un hueco en el centro como si fuera el corazón y allí se ponía una vela encendida. En la cabeza se colocaba un sombrero y, en general, se le daba un aspecto de «machango». Lo cogían por los asideros cuatro portadores y comenzaba, entonces, el desfile, coreando:

La sardina se murió
y la vamos a enterrar
veinticinco palanquines
el cura y un sacristán.

Con un balde de agua y una escoba, a manera de hisopo, se iba rociando a todo lo que se encontraba en el camino. Después de distintas ceremonias se enterraba o se echaba al barranco.

DIVERSIONES

Hay que señalar, en primer lugar, las parrandas, en que jóvenes y viejos, tocando, bebiendo y cantando, se pasaban domingos y días de fiesta. Muchas veces formaban bailes en las grandes salas que ofrecían las viejas casas canarias. Bailes típicos públicos o para invitados.

Uno de esos bailes era conocido como el de piñata (el domingo después de Carnaval), en que en un momento del baile, se tiraba de las cintas que se enlazaban con la piñata de papel, colgada del techo, y a cada uno, según la cinta, le correspondía un regalo.

En los bailes de Fuerteventura, los hombres invitaban a las mujeres, ofreciéndoles su pañuelo, que colocaban entre las manos de ambos para evitar el sudor.

Bajada de la Virgen de los Reyes en El Hierro. A.H.
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