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Reportaje: El Teide, Patrimonio de la Humanidad

Con él iban 38 más y no todos obtuvieron el ansiado nombramiento. Pero al Teide le valieron los cinco años de intenso trabajo documental, institucional, y sobre todo, en equipo, para proclamarse, casi con toda seguridad, el último sistema volcánico Patrimonio de la Humanidad.

El objetivo ahora es que sus más de tres millones y medio de visitantes anuales lo cuiden para que no pierda la distinción de la UNESCO.


El Teide, el último volcán Patrimonio
(SG)

27 de junio de 2007. Diez y media de la noche en Canarias, nueve y media de la mañana de un día después (28 de junio) en Christchunch (Nueva Zelanda). Tras la exposición de la propuesta del Teide por parte de los miembros de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN), los responsables de la 31ª sesión de la Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO preguntan si alguien tiene alguna objeción para que el Parque Nacional de Tenerife sea declarado Bien Natural. Normalmente nadie se pronuncia en este punto, pero algunas manos comienzan a alzarse; entre ellas la del representante de Israel, el de India o el de Estados Unidos. Los nervios se apoderan del grupo de asistentes españoles. Sin embargo, la objeción no es tal. Todos dejan claro que están de acuerdo con que el Teide sea declarado Patrimonio de la Humanidad, aunque explican que ya están representados todos los sistemas volcánicos posibles y no creen conveniente que se incluyan más en la lista. A partir de ahora.

El Teide se convierte así en el que será, posiblemente, el último sistema volcánico Patrimonio Mundial. La noticia corre como la pólvora y llega hasta las islas inmediatamente. Tinerfeños y canarios en general se sienten, si cabe, más orgullosos de sus raíces. Con este nombramiento ya más del 50% de los Parques Nacionales que han obtenido el mismo galardón en España son canarios; recordemos que Garajonay, en la Gomera, fue declarado en 1986 y Doñana, en Andalucía, en 1994.

El ascenso

La escalada hacia la “cumbre” no fue fácil. La andadura comenzó en 2002, cuando la Comisión Mixta de Gestión de Parques Nacionales de Canarias inició los trámites para incluir al Teide entre la lista de candidaturas españolas. Cinco años de trabajo intenso, mano a mano, entre el Gobierno de Canarias, a través de la Consejería de Medio Ambiente y Paisaje, y el Estado, mediante la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente y el de Asuntos Exteriores, derivaron en la propuesta de inscripción que fue remitida a la UNESCO en enero de 2006. El papel del director del Parque Nacional, Manuel Durbán Villalonga fue fundamental en este aspecto, ya que coordinó un intenso expediente en el que participaron más de treinta personas y que fue definitorio para convencer a la Comisión de Patrimonio de la Humanidad.

Durbán Villalonga asegura que “ese trabajo no hubiese sido posible, y me gustaría que así constara –acuña-, sin la colaboración de infinidad de instituciones, como el Cabildo de Tenerife y numerosos ayuntamientos; además de entidades y personas particulares que pusieron todo su empeño en que la candidatura saliera adelante: la Universidad de La Laguna y la de Las Palmas, la Universidad Autónoma de Madrid, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Tecnológico de Energías Renovables (ITER), el Instituto de Astrofícia de Canarias (IAC), historiadores, arqueólogos, profesores universitarios… Fue una labor en equipo”.

El documento que se obtuvo como resultado no daba lugar a dudas. El Teide tenía que formar parte de la exclusiva lista mundial en base a dos criterios recogidos en la Operacional Guidelines for the Implementation of the World Heritage Convention: el (VII) concerniente a representar fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia estética excepcionales, y el (VIII) referido a ser ejemplos eminentemente representativos de las grandes fases de la historia de la tierra. El grupo de expertos pensó en incluir un tercer criterio, el de contener una especial biodiversidad, pero finalmente fue descartado porque reconocieron que existían lugares en el mundo que son mejor ejemplo que el Teide para ello. Y es que, el bien natural que se presente debe ser el mejor del mundo. La UNESCO busca los lugares más excelentes.

La exposición de razones, en el caso de los criterios (VII) y (VIII), explicaba las maravillas de un sistema volcánico, el de Las Cañadas-Teide, cuyo relieve, rico en infrecuentes formas eruptivas, incidía en un excepcional paisaje lleno de conos y coladas concentradas en un espacio delimitado. La peculiar y colorida vegetación de altitud contrasta con el medio donde se encuentra, que es rocoso y árido. Además, destaca la dualidad del gran estratovolcán Pico Viejo-Teide, dentro de la gran caldera de Las Cañadas, que, con 3.718 metros por encima del mar y 7.500 sobre el fondo del océano, es la tercera estructura volcánica más elevada del planeta. El hecho de que se trate de una formación nacida de manera particular en el interior de una placa fue uno de los aspectos definitorios para entrar a formar parte de la lista de Patrimonio Mundial, ya que ésta no incluía hasta el momento ningún ejemplo de estratovolcanes nacido en un lugar similar. Los existentes hasta el momento se encontraban sobre los márgenes de placas convergentes.

Parque de las Cañadas del Teide. Escenario 360 º de la obra "Satori" de David Moratón.

Además del edificio volcánico en sí, puede observarse una caldera de relevancia internacional, un sistema eruptivo fisural claramente definido o marcas de derrumbamiento de sectores o focos eruptivos. Estas características se dan también en otros estratovolcanes, pero no suele ser habitual que estén tan bien distribuidas en el área circundante a la cumbre de un único edificio.

El avanzado estadio de evolución en el que se encuentra el Teide es otra de las razones por las que se convirtió en Patrimonio de la Humanidad, ya que los paisajes permiten identificar la acción de los distintos procesos geomorfológicos y ecológicos correspondientes a este espacio tectónico y bioclimático. Son aspectos éstos que además, se dan a conocer a los visitantes, tanto jóvenes como mayores, a través de los diversos programas de formación e información que posee el Parque, y que fueron elogiados por la UNESCO.

La recta final

En octubre de 2006, una expedición de la UICN visitó Tenerife para cotejar in situ los datos aportados en el expediente. La valoración fue muy positiva, aunque realizó una serie de recomendaciones para el futuro, que pasaban por extremar las medidas para que el elevado número de visitantes no supusiera un deterioro del Parque, realizar un seguimiento del recorrido de los turistas por el mismo para averiguar cuáles son los lugares más transitados y estudiar la incidencia de las características climáticas de la zona en la existencia de determinadas especies amenazadas. Además se instaba a la permanente coordinación y cooperación entre el Estado y la Comunidad Autónoma, y animó a que dentro de Canarias se produjera un intercambio de gestión entre los tres lugares que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad (el Casco Histórico de San Cristóbal de La Laguna, el Parque Nacional de Garajonay y Parque Nacional del Teide).

Sin embargo, un pequeño “susto” hizo peligrar, meses antes de la Convención de Nueva Zelanda, la candidatura del Teide.
Manuel Durbán (director del Parque Nacional del Teide), Milagros Luis Brito (Viceconsejera de Medio Ambiente en funciones en junio de 2007) y Adán Martín (Presidente del Gobierno en funciones en junio de 2007), en Nueva Zelanda.(AyB)
Un periódico nacional publicaba que existía una zona militar dentro del Parque, perteneciente al Ministerio de Defensa, en la que había un campo de tiro. La que fuera viceconsejera de Medio Ambiente entonces, y una de las personas que más empeño puso en el nombramiento del Teide, Milagros Luis Brito, asegura: “fue, sin duda, el momento en el que más miedo pasé”. Pero la actuación por parte de su departamento fue rápida. El mismo día que el diario publicaba la información, la Consejería emitía un comunicado en el que se desmentía que el Parque Nacional estuviera “integrado en una de sus partes por una finca del Ministerio de Defensa con uso de campo de tiro”. Además añadía: “ni nunca lo ha estado”. La noticia publicada insinuaba que se había, por tanto, ocultado información a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), pero este punto también fue desmentido. Aclarado el asunto, y sin campo de tiro dentro del Parque Nacional, el Teide pudo continuar su camino hacia Christchurch.

El Teide después de ser Patrimonio Mundial

La fecha del 28 de junio de 2007 es sin duda, importante para la historia de Canarias y del Teide en particular. Los veintiún países que formaban parte de la Convención de Patrimonio Histórico decidieron por unanimidad conceder al Teide el título de Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Bien Natural. Sin embargo, frente a falsas creencias, el Parque Nacional no recibirá una subvención extra por parte de la UNESCO por este hecho.

El director del Parque Nacional del Teide asegura que el codiciado título se ansía porque el listado de este tipo de espacios es escaso y posee un gran prestigio. “Todo el proceso de selección es extremadamente serio, y ser Patrimonio de la Humanidad supone estar junto a los mejores lugares del mundo, como los volcanes de Hawai… Es como jugar en primera división”, afirma.

La Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha asegurado que este título implica “un mayor compromiso por parte de las administraciones encargadas de velar por la conservación de los recursos, para garantizar que se mantengan las condiciones que motivaron la aprobación de la candidatura”. Para ello, la UNESCO realiza una supervisión continua sobre la conservación de los lugares que son Patrimonio Mundial. Exige unos informes anuales y ante cualquier situación “extraña” puede mandar una misión para comprobar que no se está deteriorando el espacio. De esta manera, la conservación del Parque no sólo se asegura con la normativa estatal, la normativa autonómica o el propio interés de las administraciones locales, sino que además existe una instancia supranacional, la UNESCO, que pertenece a la Organización de Naciones Unidas (ONU), que garantiza que el lugar no se deteriore.

El control en el acceso

El Parque Nacional del Teide tiene motivos justificados para convertirse, con más de 3 millones y medio de visitante al año, en el destino geoturístico más visitado de todos los parajes volcánicos del mundo. Actualmente la entrada al mismo es libre y gratuita. No existen medidas restrictivas en cuanto al acceso por carretera puesto que éstas son de dominio público y son vías que conducen a distintos lugares de la Isla. Además, el actual Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), aprobado en 2002, asegura que no se cobrará el acceso a los servicios básicos de uso público. Sin embargo, aún está por determinar si ante la próxima revisión del mismo, previsto para 2008, se incluirá esta posibilidad.

Domingo Berriel, consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias. (CMGS)

El consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, asegura que, con la revisión del PRUG, “se deberá abordar la necesidad de establecer las pautas necesarias para garantizar el afianzamiento de la adecuada combinación entre la conservación del Parque Nacional del Teide y el derecho de los canarios y visitantes a disfrutar de su belleza y singularidad. El cobro de una tasa por entrar no es una cuestión nueva, ya que ha sido objeto de numerosos debates, pero antes de abordar esta posibilidad –explica- hay que estudiar muy bien los pros y contras y, por ahora, no es una posibilidad que baraje este departamento autonómico”.

A este respecto, el director del Parque Nacional, dice que es posible mantener un acceso gratuito, aunque “si es deseable empezar a cobrar unos servicios de calidad, como rutas con guías especialistas, aparcamientos vigilados…”, matiza.

Al pico acceden 50 personas cada dos horas, y para hacerlo hay que pedir un permiso específico en las oficinas del Parque. Manuel Durbán señala que “hay partes que podrían cerrarse al público si estuvieran en peligro, como ya ocurre con los Roques de García, porque la enorme afluencia de personas estaba deteriorando el terreno”. Actualmente no se considera oportuno que se cierre el acceso al cráter, ya que con el sistema de limitación de visitas, el punto más alto de España no solamente no se está deteriorando sino que se está recuperando.

La conservación del Parque

El hecho de haber sido nombrado Patrimonio de la Humanidad no implica, como ya se dijo anteriormente, un cambio de normativa; por el contrario, el hecho de tener unas bases sólidas que garanticen la conservación del Teide, han sido la premisa básica para obtener dicho título.

Ya históricamente, el ámbito del Parque Nacional era utilizado y aprovechado con distintos objetivos, como la explotación de los recursos naturales o el intercambio de productos; es el caso de cabreros, carboneros, apicultores, neveros, científicos o aventureros, que utilizaban los caminos que comunicaban el norte y el sur de Tenerife a través de la cumbre. Son estos senderos, algunos de los cuales existen desde periodos prehispánicos, precisamente los que hoy son utilizados por los visitantes y usuarios del Parque. El más importante era el Camino de Chasna, que alcanzó un importante significado económico hasta la primera mitad del siglo XX, cuando comenzaron a utilizarse las carreteras de La Orotava a Vilaflor y la de La Esperanza a El Portillo.

De las actividades citadas, hoy han desaparecido la mayoría de forma natural. Es el caso de la de los neveros, que consistía en el acceso a cuevas en busca de hielo, para luego comercializarlo con el objeto de servir para la conservación de los alimentos. De otra parte, el Plan Rector ha suprimido el aprovechamiento de los pastos por el ganado. La razón pasa por el deterioro que ha sufrido el paisaje a causa de la intervención humana.

El PRUG actual contempla la autorización de ciertas actividades tradicionales bajo un estricto control, con el objeto de que el Parque no sufra daños irreparables: es el caso de la explotación del agua, dentro de unos caudales establecidos, la captura de conejo silvestre con perro y hurón como herramienta de control a esta especie introducida, la extracción de tierras de colores y recogida de flores para la confección de las alfombras en el municipio de la Orotava con motivo de la festividad de la Octava del Corpus Christi, la apicultura, ya que las condiciones físicas y climatológicas del lugar inciden en la producción de rica miel, o la observación astronómica, entre otros.

Son medidas éstas muy controladas y detalladas. No hay que olvidar que a partir de ahora el Parque Nacional del Teide, cuya competencia pasará en pocos meses al Gobierno de Canarias, está más vigilado que nunca. En contraprestación, tenemos uno de los volcanes más excelentes del mundo.

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